El 15 de octubre se cerró una temporada mala y agravada además por la sequía

El pasado día 15 de octubre se cerró la temporada truchera con resultados similares al de años anteriores, que siguen poniendo una gran distancia entre la riqueza piscícola actual de los ríos leoneses y la disfrutada en sus buenos tiempos. Los ríos naturales acusaron los efectos de la sequía desde la apertura de la veda, resultando muy complicado capturar ejemplares de medida superior a la reglamentaria y dando lugar a que se vieran pocos cupos en las cestas de los aficionados que frecuentaron estos cauces. Los ríos regulados por embalse, que este año no padecieron las desmesuradas sueltas de agua para el riego o producción eléctrica que tanto afectan al comportamiento de peces, contaron con mayor presencia de aficionados a lo largo de toda la campaña y los resultados fueron algo mejores, siendo a partir de septiembre, como es habitual en estas aguas con la llegada de la pesca sin muerte, cuando la presión pesquera disminuyó propiciando una mejoría de capturas en cuanto a cantidad y tamaño.

En cuanto a señuelos, los mejores resultados se consiguieron con cebo natural y cucharilla, seguido por la mosca artificial en la que destacó especialmente por su eficacia la ninfa lastrada denominada “perdigón” por los pescadores de competición. Durante los próximos meses, las truchas afrontarán su ciclo reproductor agrupándose en zonas específicas para la puesta que las hace muy vulnerables ante la depredación del cormorán. Este problema, que para la mayoría de aficionados es el mayor causante del declive piscícola de los ríos leoneses, necesita una actuación contundente por parte de la Administración, que a juicio de las asociaciones de pescadores se muestra pasiva y no busca soluciones o al menos no hay ningún tipo de información al respecto en los Consejos de Pesca, que son una de las pocas vías de comunicación que se mantienen entre la Consejería responsable y los pescadores.